Un poco de historia:
Aunque el nombre pueda sugerir lo contrario, el pan francés no es una invención de Francia, incluso, el platillo nació mucho tiempo antes de la existencia del país europeo. La primera receta conocida de lo que hoy llamamos pan francés se encuentra en un libro de cocina romano del año 300 d.C., escrito por Apicio, titulado: “Cocinar y cenar en la Roma imperial”. Durante muchos siglos, los franceses se refirieron a este plato como “pan romano”, de acuerdo con West Texas A&M University.
El único crédito que se lleva Estados Unidos es el nombre, gracias a los inmigrantes franceses que lo popularizaron. La receta original se consideraba una forma eficiente de utilizar el pan duro y evitar su desperdicio, una práctica que ha perdurado hasta nuestros días. El pan francés se disfruta en todo el mundo, demostrando que un plato sencillo puede trascender las fronteras y las épocas.
Receta del pan francés
Ingredientes:
- 6 huevos grades
- 1 taza y media de leche entera
- 2 cucharadas de extracto de vainilla
- ½ cucharadita de canela molida
- Dos pizcas de nuez moscada molida
- Una pizca de sal
- 6 rebanadas de pan de caja. Lo ideal es que sea brioche porque es más grueso y, de preferencia, que sea de dos o tres días.
- 4 cucharadas de mantequilla suavizada
- Miel de maple
Pasos a seguir:
En un tazón mezcla la leche, los huevos y todas las especias: canela, nuez moscada, la vainilla y la sal.
Las rebanadas de pan se sumergen en la aromática mezcla hasta que sea bien absorbida. En caso de que el pan sea fresco, el tiempo de marinar debe ser menor porque las rebanadas se romperán con facilidad.
Cumplido este paso, en una sartén con mantequilla y a fuego bajo se comienzan a freír las rebanadas de pan, de un lado y del otro, y cuidar que también se cocinen por dentro.
Servir calientes y se bañan con miel de maple.
El pan francés se puede acompañar con huevos revueltos, rebanadas de tocino fritas, huevos estrellados, salmón ahumado o puré de manzana.