Los churros que conocemos hoy en día tiene su origen en la península ibérica, donde los portugueses le añadieron el azúcar y le dieron su forma de estrella, después de conocer un bocadillo similar en China.
En el sitio oficial del Gobierno de México se explica que el “youtiao” era una tira de masa frita que se comía en el desayuno, en honor a Qin Hui, político de la dinastía Song, y su esposa.
Más tarde, el churro se popularizó en España y luego se expandió por el continente americano, gracias a los conquistadores que lo llevaron a México y otras regiones. Allí, el churro se adaptó a los gustos locales y se crearon nuevas variedades y tendencias de moda, como los churros rellenos de algún dulce, como el chocolate, y cubiertos de azúcar con canela.
Hoy en día, el churro es un alimento conocido en muchos países y se puede disfrutar de diferentes formas y en varias ocasiones. Incluso, en los supermercados se venden las cajas con la harina lista para prepararlos y hasta se venden máquinas para su elaboración casera.
Los trucos de los mejores churreros
- La masa debe reposar al menos durante 30 minutos para que se oxigene
- Es importante freír los churros en pequeñas cantidades, para que el aceite no baje su temperatura y dore perfectamente
- El aceite debe estar muy caliente (190° C) y el más recomendado es el de girasol
- Usa una manga pastelera en forma de estrella para que salgan de manera tradicional
- Al terminar de freírlos, llévalos a un traste con azúcar y canela y permite que se bañen completamente