Ingredientes
- 4 rebanadas largas de baguette
- 1 manojo de espárragos
- 350 gram de salmón fresco
- 4 huevos
- ½ taza de vinagre blanco
- ¾ taza de mayonesa
- 1 cda. de mostaza
- 1 cda. de alcaparras picadas finamente
- 2 cdas. de cebolla morada picada finamente
- 2 cdas. de jugo de limón
- 2 cdas. de aceite de oliva
- Ramitas de eneldo para decorar
Preparación
- Blanquea los espárragos. Reserva.
- Coloca una taza de agua en una sartén a hervir; sumerge el salmón y cuécelo por cuatro minutos. Retira del agua y desmorona la carne.
- Mezcla la mayonesa con la mostaza, las alcaparras, la cebolla morada y el jugo de limón; salpimienta.
- Pon a hervir tres tazas de agua con la mitad del vinagre. Reduce la flama y mantén un hervor bajo y constante. Rompe un huevo en un tazón y agrégale una cucharada de vinagre.
- Con un batidor de globo, forma un remolino en el agua y suelta suavemente el huevo en el centro. Déjalo hasta que la clara esté cocida.
- Dora el pan en una plancha. Unta sobre él un poco de la mayonesa preparada, acomoda algunos espárragos a lo largo, un poco de salmón y al final coloca el huevo pochado sobre el salmón. Termina con un poco de pimienta, ramitas de eneldo y aceite de oliva. Repite para preparar todos los crostinis.
Hoy queremos que inicies tu día a la italiana con este crostini de salmón con espárrago y huevo pochado. Toma nota y prepara este delicioso desayuno. Te interesa: Salmón con ensalada de corazón de alcachofa
Historia de los espárragos
Te sorprenderá saber que estos se cultivan desde hace más de 5 mil años, y eran esenciales en la dieta de la civilización egipcia. Tanto así, que se han descubierto pinturas antiguas en las que se pueden apreciar manojos de brotes de espárragos. Más tarde, en Roma, el científico y naturalista Plinio el Viejo (79 d.C.) habla en sus estudios de las maravillosas cualidades medicinales de los espárragos, cuyas virtudes destacan las de ser un diurético y poderoso afrodisiaco. De hecho, durante el Renacimiento italiano, el espárrago era consumido mayormente por tener esta cualidad afrodisiaca, convirtiéndose en un remedio popular y de gran consumo. El rey Luis XIV era tan fanático de los espárragos por sus cualidades y sabor, que él mismo pidió plantar esparragueras en sus dominios, por lo cual, este se volvería en uno de los alimentos favoritos de la clase burguesa. Actualmente, los mayores productores de espárragos son Italia, Francia y Alemania.
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