Ingredientes
Para la masa
- 1 taza de harina de trigo
- 1/2 taza de cacao en polvo sin azúcar
- 1 taza de azúcar
- 1/2 cucharadita de polvo de hornear
- 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
- 1/4 cucharadita de sal
- 1/2 taza de leche
- 1/4 taza de aceite vegetal
- 2 huevos
- 2 cucharaditas de extracto de vainilla
- 1 taza de agua caliente
Para el glaseado:
- 1/2 taza de mantequilla a temperatura ambiente
- 2 tazas de azúcar glass
- 1/4 taza de cacao en polvo sin azúcar
- 2-3 cucharadas de leche
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
Preparación
- Precalienta el horno a 180°C y coloca los capacillos para cupcakes en el molde para cupcakes.
- En un tazón grande, mezcla la harina, el cacao en polvo, el azúcar, el polvo de hornear, el bicarbonato de sodio y la sal.
- Agrega la leche, el aceite, los huevos y el extracto de vainilla a la mezcla seca. Mezcla bien hasta que todos los ingredientes estén combinados.
- Agrega lentamente el agua caliente a la mezcla y revuelve hasta obtener una masa suave. La masa será bastante líquida, ¡pero está bien!
- Vierte la masa en los capacillos, llenándolos hasta aproximadamente 2/3 de su capacidad.
- Hornea en el horno precalentado durante 18-20 minutos o hasta que al insertar un palillo en el centro, este salga limpio.
- Mientras los cupcakes se enfrían, prepara el glaseado. En un tazón, bate la mantequilla hasta que esté suave y cremosa. Agrega el azúcar glass y el cacao en polvo, y mezcla bien.
- Agrega la leche y el extracto de vainilla al glaseado y continúa batiendo hasta obtener una consistencia suave y cremosa.
- Una vez que los cupcakes estén completamente enfriados, decóralos con el glaseado. Puedes usar una manga pastelera para darle un toque más decorativo.
En el mundo de la repostería, los cupcakes de chocolate ocupan un lugar especial como indulgencia irresistiblemente deliciosa. Esta receta fácil te guiará para crear pequeñas obras maestras de esponjosidad y sabor.
En un tazón, la armonía de la harina, cacao, azúcar y especias se mezcla con la suavidad de la leche, aceite y huevos. El toque mágico lo aporta el agua caliente, que transforma la masa en una textura sedosa y jugosa.
En el horno, la alquimia culinaria ocurre, dando vida a pequeños pastelitos que llenarán tu cocina con el aroma embriagador del chocolate. Una vez horneados, los cupcakes emergen con una tentadora esponjosidad, listos para ser coronados con un glaseado de chocolate celestial.
Estos cupcakes no solo son un placer para el paladar, sino también una expresión de creatividad en la cocina.
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