Ingredientes
- 1 taza de agua
- 1/2 taza de mantequilla
- 1 pizca de sal
- 1 taza de harina de trigo
- 3 huevos
- Aceite para freír
- Azúcar y canela (para espolvorear)
Preparación
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Preparar la masa:
En una cacerola, calienta el agua, la mantequilla y la sal hasta que hierva. Reduce el fuego y agrega la harina de trigo de una vez. Remueve vigorosamente hasta formar una masa suave que se despegue de las paredes de la cacerola. -
Enfriar la masa:
Deja reposar la masa durante unos minutos para que se enfríe un poco. Luego, agrega los huevos uno por uno, asegurándote de incorporar completamente cada huevo antes de añadir el siguiente. -
Preparar para freír:
Vierte la masa en una manga pastelera con una boquilla rizada. Si no tienes manga pastelera, puedes utilizar una bolsa plástica resistente y cortar la esquina para formar un improvisado tubo. -
Calentar el aceite:
Calienta abundante aceite en una sartén a fuego medio. Asegúrate de que esté lo suficientemente caliente para freír, pero no demasiado para evitar que los churros se quemen. -
Formar los churros:
Exprime la masa directamente en el aceite caliente, cortándola a la longitud deseada con unas tijeras. Fríe hasta que los churros estén dorados por ambos lados.
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Espolvorear con azúcar y canela:
Retira los churros del aceite y escúrrelos en papel absorbente. Luego, rodéalos en una mezcla de azúcar y canela mientras aún están calientes.
Prepara unos churros irresistibles en la comodidad de tu hogar sin necesidad de una churrera. Sigue esta receta paso a paso para disfrutar de churros crujientes por fuera y suaves por dentro.
En cuanto a las porciones, la cantidad exacta dependerá del tamaño que decidas darles a tus churros. Con la receta proporcionada, podrías obtener alrededor de 15 a 20 churros de tamaño medio. Puedes ajustar la cantidad según tus preferencias y necesidades.
Recuerda que la clave está en disfrutar del proceso y ajustar los tiempos según tu ritmo y experiencia en la cocina.
Los churros, esos deliciosos tubos de masa crujiente espolvoreados con azúcar y canela, tienen una historia rica y antigua que se remonta a España. La leyenda más aceptada sugiere que los churros fueron inspirados por los “churros de pastor”, una especie de pan frito que los pastores españoles hacían en sus hogueras en las montañas. Con el tiempo, esta preparación evolucionó y se urbanizó, llegando a las ferias y festivales populares.
Aunque España reclama el origen de los churros, su popularidad se ha extendido a lo largo de los años a muchas culturas y regiones del mundo. Los churros llegaron a América Latina y a otras partes de Europa durante la colonización y la diáspora.
Hoy en día, los churros son amados globalmente, desde los puestos callejeros de Madrid hasta los mercados mexicanos. La versatilidad y simplicidad de esta delicia la convierten en un símbolo reconocido de indulgencia dulce en todo el mundo.