No, ¡no es una cebolla! Se trata del echalote, un alimento con un gran sabor y que también cuenta con grandes beneficios para la salud. Si aún no lo has probado, te confesamos que te estás perdiendo de mucho. Sigue leyendo y descubre todo lo que los echalotes te ofrecen para cocinar, ¡y también para cuidarte! Te puede interesar: ¿Por qué lloramos cuando partimos cebolla?
¿Qué es el echalote?
También se conocen como chalotas o chalots, y estos son bulbos comestibles que pertenecen a la familia de las Liliáceas, que es la misma que la de las cebollas y los ajos. No obstante, estos cuentan con propiedades muy específicas y también de un sabor único, por lo que están de moda en el mundo de la gastronomía. A pesar de su parecido con el ajo y la cebolla, el echalote es muy fácil de identificar: es como una cebolla alargada y más grande que un ajo, de color salmón rojizo que va al rosado. Su aroma es muy parecido al de los ajos, y su sabor cuenta con notas dulces, picantes y ácidas.
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Beneficios para la salud
Propiedades: es rico en flavonoides y polifenoles, fibra dietética y vitaminas A, C, B6, además de minerales como potasio, calcio, fósforo y manganeso.
- Cuenta con propiedades antiinflamatorias, ideales para el tratamiento de dolores musculares, además de tratar la retención de líquidos.
- Es rico en antioxidantes que reducen el daño de los radicales libres y el envejecimiento. Además, estos también cuidan de la salud del corazón, pues protegen el sistema cardiovascular y a controlar los niveles de colesterol en la sangre.
- También cuenta con poder desintoxicante, pues su consumo ayuda a eliminar toxinas del tracto digestivo y del hígado.
- Por otro lado, ayudan a apaciguar las sensibilidades alimentarias.
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¿Cómo aprovechar el echalote en la cocina?
- Te tenemos una buena noticia sobre el echalote: a diferencia del ajo y la cebolla, este alimento no provoca mal aliento, por lo que puedes disfrutarlo crudo o cocinado, solo o acompañado.
- Son muy populares glaseados para acompañar diversos platillos fuertes.
- También puedes probarlos crudos en una ensalada y salteados para un guiso como carne de ave o pescado empapelado.
- Y si quieres probar algo diferente, sustituye la cebolla o el ajo con el echalote. ¡Te encantará el resultado!
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