Conoce los tipos más frecuentes de contaminación alimenticia y las enfermedades que vienen con ellas.
La prioridad en cualquier cocina es la higiene, la cual es indispensable para prevenir diversas enfermedades. La manera como preparamos, almacenamos y cocinamos los alimentos determina la conservación de sus nutrimentos, pero sobre todo, ayuda a evitar que se contaminen.
A las enfermedades provocadas por consumir alimentos o bebidas contaminadas se les clasifica en:
Infecciosas. Se producen por ingerir alimentos que contienen gran cantidad de microorganismos vivos y dañinos (bacterias o parásitos), que invaden nuestro cuerpo.
Intoxicaciones. Estas se deben al consumo de alimentos que contienen las toxinas que dejaron los microorganismos, aunque éstos ya no se hallen en la comida.
Algunos síntomas que presentan estas enfermedades son: dolor abdominal, diarrea, náuseas, vómito, escalofrío, fiebre, dolor de cabeza y malestar general, entre otros. Pueden aparecer a la media hora de haber consumido el alimento contaminado o hasta 3 horas después, y su duración va desde dos o tres días hasta algunos meses, como el caso de la salmonelosis, que incluso puede llevar a la muerte dependiendo la gravedad.
Los dos tipos más frecuentes de contaminación alimenticia son:
Directa: Se encuentra en los alimentos crudos (carne, pescado, pollo).
Cruzada: Se transmiten sustancias dañinas o microorganismos a alimentos limpios o desinfectados a través de las manos, trapos, cuchillos, tablas de picar y alimentos crudos.
No es lo mismo un alimento descompuesto que uno contaminado:
La descomposición se produce por los procesos de maduración o golpes. Cuando la comida se echa a perder huele y se ve, y por lo tanto, es difícil que una persona se la coma.
En cambio, un alimento contaminado contiene materia tóxica (microorganismos, químicos, etc.), y ese estado no siempre se nota, no huele o no se ve, y se puede comer sin saberlo.
Por eso es importante procurar comer en lugares conocidos, donde la higiene sea primordial y evidente.