Las almendras son una excelente fuente de nutrientes, como grasas saludables, proteínas, fibra, vitamina E y minerales como el magnesio y el calcio. Por otra parte, las almendras tostadas tienen un sabor diferente y son populares como aperitivo, ambas son buena idea para saciar el hambre, pero ¿sabes cuántas puedes comer al día?
Las almendras son originarias del Medio Oriente y el sur de Asia, donde se han cultivado durante miles de años. Hoy en día, se producen en varios países alrededor del mundo, incluyendo Estados Unidos, España, Italia, Irán y Australia, entre otros.
¿Cuántas almendras se pueden comer al día?
La cantidad de almendras que se pueden comer al día puede variar dependiendo de varios factores, como tus necesidades calóricas individuales, tu salud general y tu objetivo de consumo.
Sin embargo, Portfolio Eating Plan recomienda consumir 30 gramos al día de nueces, almendras y otros alimentos saludables para el corazón.
Beneficios de las almendras
- Altas en nutrientes: ricas en grasas saludables, principalmente ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados. También son una buena fuente de proteínas, fibra, vitamina E, manganeso, magnesio, y calcio.
- Promueven la salud del corazón: pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas al mejorar los niveles de colesterol HDL (el “bueno”) y reducir el colesterol LDL (el “malo”). También pueden ayudar a reducir la presión arterial.
- Control del azúcar en la sangre: su contenido de fibra y grasas saludables puede ayudar a estabilizar los niveles de azúcar en la sangre, lo que es beneficioso para las personas con diabetes o que tienen riesgo de desarrollarla.
- Pérdida de peso: a pesar de ser relativamente altas en calorías, estudios sugieren que las almendras pueden ayudar en la pérdida de peso cuando se consumen como parte de una dieta equilibrada. Esto se debe a su capacidad para promover la saciedad y reducir el apetito.
- Salud cerebral: la vitamina E y otros antioxidantes presentes en las almendras pueden ayudar a proteger el cerebro del estrés oxidativo y la inflamación, lo que puede reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.
