Llevar una buena alimentación no siempre es lo más sencillo del mundo, pero si sabemos que nuestra salud está en riesgo al no hacerlo la pesadez se nos va y comenzamos a esforzarnos; realmente, alimentarnos sanamente no debe de ser una tarea complicada y menos si se cuentan con opciones fáciles y sencillas como lo es la dieta nórdica.
¿Qué es la dieta nórdica?
La dieta nórdica es muy similar a la dieta mediterránea, ya que las dos ayudan a reducir el riesgo de contraer enfermedades no transmisibles como el cáncer, la diabetes o los problemas cardiovasculares, enfermedades que están fuertemente ligadas a la obesidad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Está basada en cuatro principios esenciales: salud, potencial gastronómico, sustentabilidad e identidad nórdica.
¿En qué consiste la dieta nórdica?
Según la OMS, la dieta nórdica tiene muchas características en común con la dieta mediterránea, pero la primera mencionada está basca en alimentos procedentes tradicionalmente de Europa del Norte como Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia. Esta dieta ha sido promovida por varios países como un modelo alimentario benéfico para la salud; la dieta nórdica incluye más pescado y menos aceite de oliva.
La dieta nórdica se basa en el consumo de estos alimentos:
- Vegetales de hoja verde y raíz
- Bayas o frutas del bosque
- Fruta
- Cereales enteros como la cebada, la avena o el centeno
- Legumbres
- Lácteos bajos en grasa
- Pescados, incluidos los grasos, como el salmón, la caballa o el arenque
El principal elemento que distingue a la dieta nórdica de la mediterránea es el aceite, ya que en la nórdica es utilizado el aceite de colza, y en la mediterránea el aceite de oliva.
En general, la dieta nórdica consiste en promover el consumo de cereales enteros, fruta y vegetales mientras se excluyen a aquellas grasas saturadas.