Ya es parte de nuestra cultura que, llegando un nuevo año, busquemos una dieta para bajar de peso, ya sea para vernos mejor o para combatir los problemas de salud que son el sobrepeso y la obesidad. Sin embargo, antes de tomar la decisión de llevar una dieta, es importante que estemos conscientes sobre cómo vamos a manejar nuestros cambios de estilo de vida. Y algo que debemos considerar también, es nuestra salud emocional respecto a nuestra talla y apariencia. Te interesa: Pros y contras de las dietas más populares
El estigma de la dieta y la alimentación
En el manejo de la obesidad, la alimentación juega un papel fundamental. La licenciada en nutrición y educadora en diabetes de Novo Nordisk, Beatriz Ríos, explica que una dieta saludable para la prevención y el cuidado de la obesidad no tiene por qué ser restrictiva, poco variada y sin sabor. “La alimentación restrictiva causa sufrimiento en la persona con obesidad y la hace sentirse excluida del resto de la familia. Contrariamente a la creencia general, una persona con obesidad puede comer prácticamente de todo, pero en las debidas cantidades. “Para un óptimo funcionamiento, el organismo necesita todos los nutrientes que se obtienen del consumo balanceado de proteínas, vitaminas, minerales, carbohidratos y grasas”, señala. Para lograr una dieta equilibrada, “necesitamos volvernos a involucrar con los alimentos que nos llevamos a la boca, es decir, necesitamos regresar a la cocina. Actualmente tenemos un ritmo de vida muy apresurado y ocupamos más horas en actividades profesionales; buscamos soluciones erróneas con productos light, cuando la solución real es cocinar y reeducar al paladar, con sabores naturales y sin aditivos”, enfatizó la nutrióloga. La también educadora en diabetes informó que una alimentación saludable debe ser equilibrada, variada y complementaria, es decir, que no contenga un solo nutriente; que sea suficiente e inocua para el paciente, y adecuada a sus necesidades: “El éxito en cualquier tratamiento de la obesidad radica en un cambio en el estilo de vida que sea sostenible en el tiempo. “El punto central, más que la elección de una u otra dieta de reducción de peso, es lograr la adherencia del paciente.” Te interesa: Las dietas bajas en carbohidratos podrían acortar tu vida
Cuida de tus sentimientos y al hacer dieta
La Dra. Verónica Vázquez Velázquez, psicóloga de la Clínica de Obesidad y Trastornos de la Conducta Alimentaria del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, explica que para quitar el estigma hacia la obesidad el primer paso es considerarla como una enfermedad que no es total responsabilidad de quien la padece. “El estigma y la discriminación tienen múltiples facetas y son generalizados. Las imágenes en medios de comunicación como revistas, programas de TV y películas, pueden contribuir a que la obesidad se malentiendan, influyendo en la formación y mantenimiento del estigma sobre el peso, así como actitudes y comportamientos discriminatorios”, señala. Dichas imágenes estereotipan a las personas con obesidad como perezosas, glotonas, físicamente poco atractivas, con falta de voluntad, disciplina e inteligencia. “Lo peor de todo es que estas imágenes negativas sobre la obesidad se perciben como socialmente aceptables, lo que no sucede con otras enfermedades”, enfatizó la psicóloga del INCMNSZ. Se cuenta con evidencia sustancial de que la estigmatización y discriminación en cuestiones de peso tienen implicaciones tanto mentales como de salud, incluyendo depresión, ansiedad, baja autoestima, incremento del riesgo de hacerse daño y factores de riesgo cardio-metabólico elevados. Es importante que, como familia y amigos, apoyemos a las personas que buscan una dieta para bajar de peso, generar mayor respecto, conciencia y entendimiento de este padecimiento.