Las papas fritas de bolsa son una de las botanas más famosas, deliciosas e irresistibles, ya que al momento de probarlas ya no puedes parar de llevarte a la boca una tras otra. Y aunque en primera instancia su sabor es el que cautiva el paladar, lo cierto es que hay una explicación científica que revela los verdaderos motivos por los que amamos estas botanas.
¿Por qué las papas fritas son tan adictivas?
De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad Erlangen-Nuremberg y liderado por Tobías Hoch, algunos tipos de alimentos, como las papas fritas, activan la región del cerebro relacionada con la recompensa y la adicción.
Los expertos analizaron por medio de resonancias magnéticas la activación del cerebro de ratas de laboratorio que fueron alimentadas con papas fritas y las compararon con otras a las que se les suministró alimento sin condimentos.
Los resultados revelaron que la región del cerebro que se relaciona con el sistema de recompensa se activó en mayor grado en las ratas del primer grupo. En conclusión, la adicción de las papas fritas puede ser parcialmente explicada por sus altos niveles de grasa y carbohidratos.
En ese sentido también se reveló que esto solo ocurre con alimentos con grasas y no se reproduce el mismo patrón con comida rica en proteínas o azúcares.
Esta es la sustancia que hace adictivas a las papas fritas
Sin embargo, hay un compuesto que las hace aún más deseables, ya que existen potenciadores de sabor, que son compuestos químicos o aditivos que hacen que los alimentos aumenten su sabor y sean más atractivos para el paladar.
Uno de los potenciadores de sabor más conocidos es el E621, también llamado glutamato monosódico. Esta sustancia se puede encontrar en alimentos preparados que se vende en la tienda como son el caldo de pollo en polvo, sopas envasadas o productos salados congelados, así como las papas fritas.
El glutamato estimula los receptores específicos a nivel de la lengua, que envían señales al cerebro y que invitan a seguir comiendo.
Sin embargo, también hay personas a las que no las cautivan las papas fritas, esto se debe a un factor genético, ya que hay gente con mayor disposición a generar adicción a algún tipo de alimento que a otro.