Mucho se habla de la importancia de comer vegetales en los planes de alimentación, sin embargo, aunque la intención sea buena, una rica ensalada podría perder todos sus beneficios si se le agregan grasas saturadas, harinas refinadas y azúcares añadidos.
Lo bueno de las ensaladas:
- Promueven la salud del corazón: Al incluir ingredientes como verduras de hoja verde, frutas y frutos secos, las ensaladas pueden ser ricas en antioxidantes y grasas saludables que contribuyen a la salud cardiovascular y cerebral.
- Son un gran apoyo al sistema digestivo: Los vegetales frescos y crujientes presentes en las ensaladas son una fuente rica en fibra dietética, lo que mejora la digestión y ayuda a prevenir problemas gastrointestinales. Además, mantiene en equilibrio los niveles de azúcar en la sangre.
- Ayudan en el control de peso: Al ser bajas en calorías y muy ricas en nutrientes, las ensaladas pueden ser aliadas importantes en planes de control de peso. Las semillas y una buena cantidad de proteína de calidad impulsan a alcanzar el objetivo de mantenerse saludables.
Lo malo de las ensaladas:
- Los aderezos grasosos: Los aliños comerciales podrían no ser la mejor opción para acompañar las ensaladas, ya que tienden a ser altos en grasas saturadas y sodio, lo que anula los beneficios de la ensalada. Lo ideal es preparar vinagretas en casa o simplemente usar aceite de olivo, limón y sal.
- Los crutones: Si bien proporcionan una atractiva textura crujiente, los crutones industrializados pueden contener altos niveles de sodio, grasas trans y calorías innecesarias.
- Papas fritas o nachos: Estos aportan grasas trans, sodio y calorías vacías que contrarrestan los nutrientes de la ensalada.
- Dulces, mieles o caramelos: Agregar estas golosinas a las ensaladas aumentan significativamente el contenido de azúcar, convirtiéndola en una opción poco saludable.
- Panes llenos de mantequilla