¿Sabías que más del 20% de los niños y adolescentes a nivel mundial presenta signos de comportamientos de alimentación disfuncionales, conocidos también como “alimentación desordenada”? Según estudios, esta cifra se traduce en 1 de cada 5 menores de edad con síntomas de esta condición.
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Alimentación desordenada: un problema grave de salud pública
El estudio revela que la alimentación desordenada es un problema grave de salud pública que no suele reconocerse ni reportarse lo suficiente, de acuerdo al metaanálisis publicado en la revista JAMA Pediatrics.
Los investigadores analizaron 32 estudios de 16 países, y descubrieron que el 22% de los niños y adolescentes tenían conductas de alimentación desordenada.
De acuerdo al estudio, estas cifras eran más elevadas entre las niñas, los adolescentes de mayor edad y los que tenían un índice de masa corporal más alto.
La alimentación desordenada tiene un comportamiento similar al de un trastorno alimenticio: puede incluir normas alimentarias estrictas sobre cuánto come una persona, qué come y cuánto ejercicio hace en relación con la comida.
Para que alguien reciba el diagnóstico de un trastorno alimenticio, debe presentar síntomas simulares junto a un mayor nivel de rigidez, angustia y deterioro de las funciones vitales.
Los comportamientos de alimentación disfuncionales o de alimentación desordenada pueden evolucionar hasta que a una persona se le diagnostica un trastorno alimentario.
Es importante señalar que, tanto la alimentación desordenada como los trastornos alimentarios son graves, y necesita tratamiento y ayuda profesional.
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¿Cuáles son los síntomas de este trastorno?
Las señales de sufrir alimentación desordenada son:
- En primer lugar, obsesión por el peso o la figura corporal, una imagen propia distorsionada, reglas dietéticas muy rígidas, purgas y atracones.
- Además, hacer ejercicio de una manera que empeora la calidad de vida de la persona.
- Otras señales de alarma son el ayuno, la restricción calórica significativa, vómitos, uso de laxantes o pastillas para adelgazar.
- También puede consistir en limitar los grupos de alimentos que una persona está dispuesta a consumir, sentir ansiedad o vergüenza si se rompen las normas alimentarias, que el número de la báscula afecte su estado de ánimo o sus conducta alimentarias.
- Sumado a esto, la alimentación desordenada puede limitar las interacciones sociales o llevar a eventos y lugares alimentos que siguen sus normas para controlar su alimentación.
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¿Qué hacer?
Si tú o alguien de tu familia presenta estas señales, es importante acudir con profesionales de salud mental.
La intervención temprana es importante para que la alimentación desordenada no se convierta en un trastorno alimentario diagnosticado.
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