La cocina mexicana está llena de deliciosos platillos como por ejemplo, el caldo tlalpeño, que es una sopa que se prepara con pollo y verduras que además de ser una receta muy rica aporta grandes beneficios al organismo.
¿Cuáles son las verduras que lleva el caldo tlalpeño?
Este platillo mexicano es muy versátil, ya que se puede adaptar a los ingredientes que tengas en casa o los que más te gusten. Sin embargo, la receta original señala que las verduras que van en el caldo tlalpeño son: zanahoria, ejote, garbanzos, así como elote y aguacate al gusto.
- Zanahoria
- Ejote
- Garbanzos
- Elote
Otros ingredientes que contiene el caldo tlalpeño son jitomates y aguacates, sin embargo, estos no son verduras, sino que entran en la categoría de frutas, mientras que otro elemento indispensable de este platillo es el epazote, el cual tampoco es una verdura, sino más bien una hierba.
Receta fácil de caldo tlalpeño
¿Cuál es el origen del caldo tlalpeño?
El caldo tlalpeño surgió, según una teoría, en el siglo XIX para curar una cruda del entonces presidente Antonio López de Santa Anna, quien tenía una casa de descanso en Tlalpan. Su cocinera le preparó una sopa con pollo, garbanzos, zanahoria, chícharos y chipotle, que le gustó tanto que le preguntó el nombre. Ella respondió: ¡Caldo Tlalpeño, señor!.
Otra versión dice que se originó en Veracruz, donde Santa Anna también tenía una casa. La historia es similar a la anterior, solo que la cocinera le agregó arroz y xoconostle a la sopa.
Una tercera hipótesis sitúa el nacimiento del caldo tlalpeño en Jalisco, donde se dice que se preparaba con carne de res en lugar de pollo, y se le añadía elote, papa y chayote.
A principios del siglo XX, este platillo se popularizó en la Ciudad de México gracias a los puestos callejeros que lo ofrecían afuera de la estación de tranvía de Tlalpan. Una de las vendedoras, conocida como Doña Pachita, le agregó aguacate y queso, lo que le dio un toque distintivo y lo hizo famoso.
Con el tiempo, la receta ha experimentado diversas variaciones regionales, que le han dado un toque único y personal. Sin embargo, su esencia tradicional se ha mantenido y se ha convertido en un símbolo de la gastronomía mexicana.