Durante esta temporada, los mercados y diversos negocios se llenan de singulares figuras que nos recuerdan que no somos eternos. Eso sí, lo hacen de una forma dulce y tentadora: las calaveritas de Día de muertos están listas para lucir en las ofrendas y recordarnos a aquellos que ya no están. ¿Te has preguntado de dónde vienen estas calaveritas de Día de muertos? Hoy te explicamos su ancestral historia y más curiosidades que debes conocer de esta tradición. Te interesa: Galletas de calaverita para Día de Muertos
Los altares de Teotihuacán
Sin duda, has visitado alguna vez esta zona arqueológica que se encuentra muy cerca de la ciudad de México. En este lugar se encontraba el tzompantli, un altar de muertos donde colocaban los cráneos de los vencidos en la guerra con el fin de honrar a los dioses. El tzompantli no era propio de Teotihuacán, se dice que otras culturas precolombinas también realizaban este tipo de tributo a sus deidades. Con la llegada de los españoles a tierras americanas, los tzompantlis fueron prohibidos por los preceptos de la religión católica. Sin embargo, hubo una resistencia cultural de los pueblos nativos, que no permitieron que sus tradiciones desaparecieran. Te interesa: 8 bebidas prehispánicas que disfrutamos hoy en día
La llegada de los alfeñiques
Los tzompantlis reemplazados con figuras elaboradas con azúcar de caña, clara de huevo, limón, y una sustancia aglutinante llamada chaute. Esta técnica para hacer dulces es la misma que se utiliza con los alfeñiques españoles, la cual heredaron de los árabes. Esta golosina pasó a formar parte de las confituras folclóricas de la Colonia en Hispanoamérica. De hecho, fueron los propios conventos donde se empezaron a elaborar las calaveritas en pasta de alfeñique y de azúcar. Te interesa: 8 Dulces típicos mexicanos que debes probar
Curiosidades que debes saber sobre las calaveritas de Día de muertos
- Son uno de los símbolos más importantes en la ofrenda de Día de muertos.
- Se suele escribir en la frente del cráneo el nombre del difunto al que está dedicada la ofrenda. Aunque también puede tener el nombre de una persona viva si se le va a dar de regalo.
- Además de hechas de azúcar, las puedes encontrar elaboradas con amaranto, chocolate y hasta de gomitas.
- No siempre fueron cráneos reales los del tzompantli: algunos pueblos indígenas honraban a sus difuntos con cráneos de barro o labrados en piedra.
- En Toluca, cada 2 de noviembre, se realiza la “Feria del Alfeñique”, donde puedes disfrutar una gran variedad de dulces típicos de estas fechas.
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