Seguramente conoces el azafrán: este sirve como especia para aromatizar, darle color y sabor a distintos platillos, como el famoso arroz azafranado, entre otras recetas típicas de México.
A pesar de que es una especia muy apreciada en la gastronomía nacional e internacional, este ingrediente, al que se le ha nombrado como “el oro rojo”, se encuentra en grave peligro de extinción, y esto por diversas razones, entre ellas, el cambio climático y hasta conflictos políticos han influido en su producción.
El azafrán se obtiene gracias a la planta crocus sativus, cuya flor da un trío de hebras de color rojo. Estas se tuestan y generan un sabor amargo y aroma intenso, que se usa como la especia.
Si quieres poner tu granito de arena, hoy te decimos cómo cultivar tu propio azafrán en casa y puedas aprovechar la especia en tus platillos.
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Cómo cultivar azafrán en casa
- En primer lugar, debes saber que el azafrán no se cultiva con semillas sino con bulbos. Estos los puedes conseguir en un invernadero o en tiendas especializadas.
- Cuando tengas los bulbos, es momento de plantar. Lo ideal es finales del invierno y la primavera. Te recomendamos hacerlo en una maceta de 10 centímetros tipo rectángulo y siembres los bulbos que desees con 20 centímetros de distancia entre cada uno.
- Finalmente, vigila que la maceta tenga muy buen drenaje para que no almacene agua en el fondo, ya que la humedad puede afectar a la planta.
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Cuidados
- Esta planta no necesita de mucha agua, pero lo ideal es alternar los días de riego (un día sí y un día no), y posiblemente aumentar el riego en verano.
- Una vez que el azafrán florezca, disminuye la frecuencia de riego al mínimo.
- Y, cuando llegue el frío, tapa con un plástico, pues los climas de baja temperatura pueden afectarle.
- Por otro lado, cuando el azafrán florezca, debes retirar el pistilo de la flor; es decir, las hebras rojas que servirán como condimento.
- Guarda los pistilos en un envase a temperatura ambiente y, recuerda, debido a la intensidad de su sabor sólo necesitarás un poquito.
- Finalmente, cuando el azafrán se seque o se boten sus hojas, es momento de vaciar la maceta, retirar los bulbos y repetir el proceso nuevamente.
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