Esta es la historia de cómo Sara García terminó como la “abuelita” de una famosa marca de chocolate de mesa.
1973. La actriz Sara García atravesaba un inusitado resurgimiento de su carrera cuando recibió una curiosa oferta. Una fábrica de chocolates la buscaba para convertirse en imagen de uno de sus productos más exitosos. García, famosa por sus papeles como abuela durante la época de oro del cine mexicano, protagonizaría comerciales de televisión y una enorme campaña en exteriores para promocionar un chocolate de mesa. Además, su rostro aparecería en el empaque del producto. A sus 78 años, Sara García estaba por convertirse en la “abuelita” más famosa del chocolate en México. Así fue como pasó todo.
¿Quién fue Sara García?
Nacida en Orizaba, Veracruz el 8 de septiembre de 1895, Sara García es considerada una de las actrices clave del cine de oro en México.
Inició su carrera en el cine en 1917, pero esta despegó por completo hasta mediados de la década de 1930 en el teatro, donde interpretó al personaje principal en la obra Mi abuelita la pobre. Para encarnarla, García se sometía previo a cada función a un complejo proceso de caracterización con maquillaje y peinados especiales. Según rumores, la actriz acudió a un dentista para quitarse 14 piezas de su dentadura y entrar mejor en el papel. En ese entonces tenía menos de 40 años.
Seguida por su leyenda, Sara García fue llamada para interpretar a una abuelita en la película Allá en el trópico de 1940. Hay quienes aseguran que en esa ocasión, la actriz se fracturó una rodilla para usar un bastón tal como lo hacía su personaje. Si bien, eso hubiera sido suficiente para encumbrarla, fue su trabajo como la abuela en las películas Los tres García, Vuelven los García y La tercera palabra lo que la consagró en la industria. Posteriormente, ya en los 50, condujo un programa de televisión –Media hora con la abuelita– caracterizada como una anciana. Una década después, la abuelita de García llegó a los estantes con la serie de fotonovelas Doña Sara, la mera mera: la abuelita más adorable del mundo.
Cómo Sara García se convirtió en la abuelita más famosa del chocolate en México
En 1973, la fábrica de chocolates La Azteca comenzó a buscar una modelo para sustituir a la mujer con un chal rosa que había sido imagen de su famoso Chocolate Abuelita desde su presentación en el mercado en 1939. Dicho proceso no fue muy complicado, pues no había una persona en el país a la que se le relacionara más con los abuelitos que Sara García.
Así fue como la compañía, que también producida marcas como Carlos V, Tres Coronas y el chocolate Morelia (sí, la de la monja), se acercó a la actriz para ofrecerle ser el nuevo rostro de la marca. García, cercana a las ocho décadas de edad, aceptó. Ese mismo año, el Chocolate Abuelita presentó su nuevo empaque con una Sara García con lentes, peinado de señora refinada y sonriente disfrutando una taza de chocolate caliente.
Además, se lanzaron comerciales de televisión donde la actriz –ocupando la misma voz que la había hecho famosa en la pantalla grande– aseguraba que podía identificar el producto que promocionaba incluso con los ojos cerrados. “Este sí que está requetebueno, es Chocolate Abuelita con sabor a la antigüita”, dice en el anuncio que se transmitió entre mediados de los setenta y principios de los ochenta.
¿Qué pasó con Sara García y el Chocolate Abuelita?
La campaña fue todo un éxito, tanto para el producto como para Sara García. El Chocolate Abuelita se estableció como el chocolate de mesa más vendido del país y se mantiene dentro del imaginario colectivo como uno de los indispensables de las cocinas de cada familia en México.
La imagen de la sonriente García con la taza permanece hasta nuestros tiempos en los empaques del chocolate, independientemente de su presentación y sin importar que la marca haya sido comprada por Nestlé, que absorbió La Azteca –que al igual que Sara García era originaria de Veracruz– en 1995.
Por su parte, Sara García continuó trabajando y entregando cariñosas intepretaciones de abuelita en los siguientes años. Tan solo en 1974, ya con el arrastre del éxito del Chocolate Abuelita, la actriz dio vida a la nana Tomasita en la telenovela Mundo de juguete, una de las más vistas en la historia de la televisión mexicana. Falleció en noviembre de 1980 a los 85 años y sus restos reposan junto a los de su única hija, María Fernanda Ibáñez, en el Panteón Español de la Ciudad de México.
