La esponja para trastes es un artículo indispensable en nuestra cocina, ¿pero te has dado cuenta que solemos cambiarla cuando ya se encuentra muy desgastada?
Aunque esté en constante contacto con jabón antibacterial, suele acumular gérmenes en su interior y por eso es importante cambiarla constantemente. Sigue leyendo para saber más.
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Esponja para trastes: un foco de gérmenes
La cocina es uno de los lugares donde debemos tener más cuidado con la higiene, ya que, al ser el mismo lugar en que guardamos nuestros alimentos, puede ser también el sitio donde se alojen más microbios.
¿Sabías que las esponjas para trastes son el segundo objeto que más aloja microorganismos, sólo después de los desagües? Así lo afirma un estudio realizado por el Instituto de Medicina de Precisión de la Universidad de Furtwangen y Justus Liebig University Giessen, en Alemania.
El estudio afirma que la cantidad de bacterias que se encuentran en las esponjas de cocina corresponde con 7 veces al número de habitantes de la Tierra, ¡lo mismo que contienen las heces!
Estos datos se realizaron con base en una investigación que se hicieron en 14 esponjas con diferentes técnicas, en las que se encontraron, tanto en su interior como en su exterior, bacterias como la Enterobacter cloacae, Campylobacter, Salmonella, Staphylococcus, Moraxella osloensis y Escherichia coli. Todas estas pueden causar graves infecciones, sobre todo en personas con un sistema inmune débil.
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¿Qué hacer con las esponjas usadas?
De acuerdo al estudio, publicado por la revista Scientific Reports, por mucho que se limpien las esponjas con agua y jabón, o incluso si se hierven, estas bacterias no desaparecen, al contrario: se multiplican con mayor rapidez.
¿Has olido una esponja para trastes ya vieja? Ese aroma característico desagradable lo causa la Moraxella olsoensis.
Al contener tantos microbios, si usamos estas esponjas viejas, lo único que hacemos es esparcir estas bacterias por toda la cocina. Esto se conoce como contaminación cruzada, lo cual aumenta el riesgo de infecciones y se considera una de las principales causas de brotes de enfermedades ocasionadas por alimentos.
¿Qué hacer, entonces, con estas esponjas? El estudio propine que la solución definitiva es reemplazarlas una vez por semana.
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