Esto es todo lo que debes saber sobre la sal del Himalaya: de dónde viene, qué beneficios tiene y qué diferencia guarda con la sal “normal”.
Desde hace unos años, la sal del Himalaya se ha colocado como uno de los productos para cocina más vendidos en el mundo. Su éxito recae, en gran medida, en la fama que se la ha hecho a este tipo de sal mineral: que tiene muchos beneficios para la salud, que se puede emplear para muchas cosas y que –extrañamente– tiene un origen milenario. Pero, ¿qué tan cierto es todo esto? ¿de dónde proviene la sal del Himalaya? ¿qué tan buena es?
Aquí te contamos todo lo que debes saber sobre este nuevo “indispensable” de la cocina, desde las supuestas ventajas de su consumo hasta qué diferencia hay entre la sal del Himalaya y la sal normal.
¿De dónde viene la sal del Himalaya?
La sal del Himalaya, como se le conoce comercialmente a un tipo de sal con color rosado, proviene principalmente de la región de Punyab, ubicada al este de Pakistán y al norte de la India.
Si bien, esta zona colinda geográficamente con los Himalayas, como tal no puede considerarse parte de. De hecho, que la sal extraída de minas en Pakistán –incluyendo la segunda mina salinea más grande del mundo– reciba el nombre de “sal del Himalaya” es una decisión meramente mercadológica.
Sobre su procedencia milenaria, puede que estemos ante un tecnicismo. Como tal, este tipo de sal se formó tras la evaporación de antiguos mares que corrían de las montañas de los Himalayas. Eso permite que se le considere una sal “antigua”, pero su consumo y extracción se popularizó hasta tiempos recientes.
¿Por qué la sal del Himalaya es rosa?
La sal del Himalaya es rosa debido a la presencia de diversos minerales, en grandes y pequeñas cantidades, en su composición.
El elemento principal que brinda esta coloración rosa a la sal es el óxido de hierro (Fe2O3). Conforme más hierro contiene en su composición más intensa será la tonalidad de la sal.
Además del hierro, otros minerales y oligoelementos presentes en la constitución de la halita como el manganeso y el zinc pueden afectar su característico color. Por cierto, estos elementos también permiten que el sabor de la sal del Himalaya sea ligeramente diferente al de la sal común.
¿Qué beneficios tiene la sal del Himalaya?
Aunque a la sal del Himalaya se le han otorgado diversos beneficios desde su popularización en el mercado, estos suelen respaldarse en evidencia científica limitada o inexistente.
Por ejemplo, se dice que la sal del Himalaya tiene menos cloruro de sodio que la sal de mesa. Esto es cierto, pero la diferencia entre una y otra es solo de 1% (98% sal del Himalaya vs 99% de la sal común), por lo que su consumo representa prácticamente la misma cantidad de ingesta.
También se ha dicho que la sal del Himalaya puede ayudar a alcalinizar el cuerpo y mantener un equilibrio adecuado del pH, estimular la producción de saliva y jugos gástricos, favoriendo una mejor digestión y reducir la presión arterial. Sin embargo, esto no es del todo efectivo.
En el caso del pH, el impacto de la sal es mínimo, ya que el sistema de regulación del pH del organismo no depende del consumo de sal, mientras que para la digestión y la presión arterial, los beneficios no han podido ser comprobados generalmente.
¿Qué diferencia hay entre la sal normal y la sal del Himalaya?
Pese a que se ha comercializado en millones de bolsas, botellas y cajas alrededor del mundo, las diferencias entre la sal del Himalaya y la sal normal se reducen a temas superficiales de extracción y consumo.
La sal de mesa se obtiene de la evaporación de agua de mar o de la extracción de sal en minas subterráneas; por su parte, la sal del Himalaya proviene de depósitos marinos antiguos. La primera se extrae por medio de un método de refinado en el que se somete a diversos procesos para eliminar impurezas y aditivos; la segunda se extrae naturalmente, lo que permite que se conserven minerales y oligoelementos en su composición.
La textura de una y otra también es diferente. La sal del Himalaya conserva una estructura cristalina más grande que la sal común, esto le da una textura más crujiente y con un sabor más suave que la sal finamente molida.