En el mundo culinario, existen platillos que van más allá de la simple satisfacción del paladar. Algunos se convierten en experiencias únicas, rodeadas de exclusividad y tradición, elevando su valor a niveles exorbitantes.
El mole tiene una historia rica y fascinante que se remonta a la época prehispánica. Las culturas mesoamericanas, como los aztecas y los mayas, ya preparaban salsas complejas con chiles, semillas y especias, a las que llamaban “mulli”. Estas salsas se utilizaban para acompañar carnes y verduras en ocasiones especiales y ceremoniales.
Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, la receta del mole se vio enriquecida con la incorporación de nuevos ingredientes como la cebolla, el ajo, el comino y la canela. La fusión de culturas dio lugar a una gran variedad de moles, cada uno con sus propias características y sabores únicos.
Los tipos de mole en México
La diversidad del mole en México es impresionante. Existen más de 70 variedades, cada una con su propia historia, ingredientes y métodos de preparación. Algunos de los moles más conocidos son:
- Mole poblano: originario de Puebla, este mole es uno de los más populares de México. Se prepara con una gran variedad de chiles, semillas y especias, incluyendo chocolate, dando como resultado un sabor complejo y ligeramente dulce.
- Mole negro: típico de Oaxaca, este mole se caracteriza por su color oscuro y su sabor intenso. Se elabora con chiles negros, chocolate, semillas y especias, como el comino, la canela y el clavo.
- Mole verde: originario de Jalisco, este mole se distingue por su color verde brillante y su sabor fresco. Se prepara con chiles verdes, tomatillos, pepitas de calabaza y cilantro, dando como resultado un sabor ácido y ligeramente picante.
- Mole rojo: este mole es común en todo México y se caracteriza por su color rojo intenso. Se prepara con chiles guajillo, ancho y mulato, cacahuates, ajo y especias, dando como resultado un sabor ahumado y ligeramente dulce.
¿Cuál es el mole más caro del mundo?
El mole es más que un simple platillo; es una expresión cultural que refleja la riqueza y diversidad de la cocina mexicana. Cada región tiene su propia versión del mole, transmitida de generación en generación, y cada familia tiene sus propios secretos culinarios para preparar este manjar.
El mole de chicatana, originario del estado de Puebla, México, es uno de estos ejemplos. Considerado el mole más caro del mundo, su precio puede alcanzar hasta 25,000 pesos por kilo, convirtiéndolo en una verdadera joya gastronómica.
¿Qué hace al mole de chicatana tan especial y costoso?
La respuesta se encuentra en su ingrediente principal: las hormigas chicatanas. Estas hormigas, de color rojo intenso y tamaño considerable (hasta 4 cm de largo), son consideradas un manjar en algunas regiones de México. Su sabor único, descrito como a nuez y ligeramente picante, las convierte en un ingrediente codiciado por los amantes de la alta cocina.
La recolección de las chicatanas es un proceso laborioso y peligroso. Se realiza durante la temporada de lluvias, cuando las hormigas emergen de sus nidos subterráneos. Los recolectores, conocidos como chicataneros, deben adentrarse en zonas boscosas y escarbar con cuidado para encontrar los hormigueros. Esta actividad requiere experiencia y habilidad, ya que las hormigas pueden morder con fuerza y provocar dolorosas picaduras.
La preparación del mole de chicatana es un arte culinario que se ha transmitido de generación en generación. Las hormigas se limpian y tuestan cuidadosamente, luego se muelen con una variedad de especias aromáticas, como chiles, semillas y hierbas. El proceso es complejo y requiere tiempo y dedicación para lograr un sabor equilibrado y armonioso.
El mole de chicatana se sirve tradicionalmente con tortillas frescas, acompañado de frijoles y arroz blanco. Su sabor intenso y textura peculiar lo convierten en una experiencia gastronómica única, apreciada por aquellos que buscan sabores exóticos y experiencias culinarias memorables.
Sin embargo, el alto precio del mole de chicatana ha generado controversia. Algunos lo consideran un lujo excesivo, mientras que otros lo valoran como una expresión cultural y una tradición culinaria digna de preservación. La realidad es que este platillo representa una parte importante de la identidad gastronómica de Puebla y refleja la riqueza cultural de México.
¿Te atreverías a probar el mole de chicatana? Si eres un aventurero culinario y no te importa el precio, esta puede ser una experiencia única que te permitirá descubrir un sabor exótico y una tradición culinaria ancestral.
