Ya lo probaste en todos sus colores: verde, blanco, rojo, de pollo, con surtida, de mariscos y hasta vegetariano. Pero seguramente aún no conoces la historia del pozole. Y créenos: este platillo típico tiene más secretos de los que imaginas.
&t=3s Hoy te queremos compartir el origen y los datos curiosos de esta delicia gastronómica, una de las más representativas de nuestro país. Te puede interesar: 18 recetas de pozole para preparar en casa
La historia del pozole: un platillo ritual
Según información del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, el pozole se preparaba desde la época prehispánica, y era una comida ritual que incluía la carne de los prisioneros de guerra: Un guerrero debía capturar a un enemigo de su mismo rango en el campo de batalla, tal y como si “fuera al mercado a conseguir los ingredientes”. Ya capturado el enemigo, el guerrero victorioso regresaba a México Tenochtitlán, mientras que al cautivo se le trataba con todos los honores, pues de este modo se impregnaba con el tonalli (calor solar) de su captor, que cumplía con el deber a sus dioses, gobernante y gremio. Posteriormente, el cautivo se ofrendaba como sacrificio a los dioses con del derramamiento de su sangre. Su cadáver era rodado por la escalinata del templo y el guerrero captor lo recogía para llevarlo a su casa y ser preparado para el pozole. No te pierdas: ¿Cuántos tipos de pozole hay en México? Descubre cuáles son y de qué Estado provienen
Un platillo de fiesta
Según la Historia general de las cosas de Nueva España, de Fray Bernardino de Sahagún, “cocían la carne con el maíz y daban a cada uno de los invitados a la comida, un pedazo de aquella carne en un recipiente con caldo y maíz cocido”. En ese momento, “comer pozole” formaba parte del ritual en el cual el guerrero compartía entre su amplia familia del calpulli; es decir, su clan. Sin embargo, el guerrero no podía comer de su víctima. Este pozole tenía un nombre especial, tlacatlaolli, que significa “maíz desgranado de hombres”. Además, la carne del muslo se reservaba para enviarla al tlatoani, donde se cocinaba dentro de los menús de 30 guisados diferentes presentados en 300 platos para el deleite del gobernador. Pero los prisioneros de guerra no eran los únicos que podían formar parte de los “ingredientes” del pozole: también los esclavos eran cocinados para los festejos de las deidades del agua, donde a su carne se le agregaba flores de calabaza y sal. Te interesa: El taco: un icono de México desde la época prehispánica
El resto de la historia del pozole y el ingrediente prohibido
Con la llegada de los conquistadores, el pozole dejó de ser un platillo ritual; sin embargo no dejó de ser un platillo de fiesta, ya que conservó su importancia dentro de las festividades populares. Eso sí, hubo una importante sustitución de los ingredientes: en lugar de carne humana (que fue rotundamente prohibida por los evangelizadores) se empezó a usar carne de puerco, guajolote y pollo. Actualmente, podemos disfrutar de un rico pozole con una gran diversidad de ingredientes, y sigue siendo un platillo popular en fiestas. ¿Conocías su singular origen? Descubre más información sobre tus platillos favoritos en Cocina Fácil Suscríbete a tus revistas favoritas en tususcripcion.com