Sopear es todo un arte...y también una delicia. ¿A quién no le gusta el placer de sumergir una pieza de pan en una bebida calientita? Yo creo que a todos, y todos lo hemos hecho en alguna ocasión. Eso sí, es una tradición muy casera y es raro que sintamos la “confianza” de hacerlo en alguna cafetería o restaurante, o cuando estamos de visita en la casa de un conocido. Sopear está reservado para el ambiente familiar o para la soledad. Y ahí puede que radique que sopear sea un arte: sumergir un pan y no derramar una sola gota para llevártelo a la boca lleva su entrenamiento, y es mejor hacerlo en solitario o con alguien que nos haga mal gesto (mi mamá una vez me dijo que nunca sopeara fuera de casa, como si fuera un pecado). ¿Pero de dónde viene esta tradición tan legítimamente arraigada en México? Hoy te contamos un poco de su historia y otros datos curiosos que debes saber sobre el arte del sopear. Te puede interesar: Descubre la historia del pan de muerto
El sopear y el pan van de la mano
Es tradición se realiza comúnmente con el pan (dulce, telera, bolillo o cualquier otro de la familia de la panadería. También las galletas son una rica opción que, por cierto, aman los niños. Y podemos hacerlo en distintas sustancias líquidas: un café, leche o incluso sopa. Todo depende de lo que tengamos en la mesa. Pero no quitemos la vista del pan, pues puede que este alimento haya sido el causante del sopear en nuestras vidas. Fueron los españoles los que trajeron el pan a tierras prehispánicas, y muy posiblemente los que enseñaron a sopear a los nativos. Era muy común que, después de varios días, el pan que cargaban en las expediciones se hiciera duro y por tanto, difícil de comerlo (y mucho menos antojable). Entonces, chopear era una excelente opción para ablandarlo y evitar que al morderlo perdieran algún diente. Esta es una teoría de cómo esta tradición se arraigó tanto en México, pero puede que su origen venga de mucho más atrás.
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Señal de respeto y humildad
En la antigüedad, los judíos solían mojar el pan en caldo o en vino y ofrecerlo a sus huéspedes en señal de respeto y de humildad. Incluso, en el capítulo de la Última Cena de la Biblia, se dice que Jesús remojó pan para señalar al discípulo que lo traicionaría (Judas Iscariote). Sabemos que los sefardíes (es decir, los judeoespañoles) habitaron el territorio español por muchísimos años, y heredaron muchas sus costumbres, y entre ellas, puedo estar el arte de chopear. Si reflexionamos un poco, durante y después de la persecución ocasionada por la Inquisición española, era muy mal visto ser judío o amigo de judíos. ¡Y no se diga nada de sus costumbres! Por cualquier señal “judía” en tu comportamiento, podías terminar en un tribunal para ser juzgado. Puede que de aquí venga que el sopear sea algo “mal visto”, “de mala educación” o una costumbre tan íntima que sólo puedas hacer en casa, solo o con los tuyos. Pero los tiempos han cambiado y sopear un churro en chocolatito es de lo más común. En esta temporada de frío, disfruta, chopea y hazlo con quien más confianza tengas… o no. Descubre más curiosidades de tu comida favorita en Cocina Fácil