Las verrugas comunes son pequeñas infecciones en la piel, que producen bultos granulares inofensivos. Estas aparecen en diferentes partes del cuerpo, aunque los brotes en dedos y manos son los más frecuentes.
Estas proliferaciones redondas u ovaladas resultan antiestéticas, ya que la epidermis se engrosa y se torna rugosa. Su origen puede ser una infección del Virus del Papiloma Humano (VPH); este es bastante común y existen más de 150 tipos, pero solo algunos provocan verrugas en las manos, de acuerdo con la Clínica Mayo.
La transmisión del virus común se da a través del tacto, heridas o raspones en la piel. La verruga que genera desaparece por sí sola en un periodo de dos a seis meses. Sin embargo, pueden ser molestas o un poco vergonzosas por su aspecto en forma de pequeños puntos negros y ásperas al tacto.
Aquí tres formas sencillas para quitar verrugas con bicarbonato
El bicarbonato es efectivo para quitar verrugas por sus propiedades antisépticas, antiinflamatorias y astringentes, así como por su efecto exfoliante. Esto permite que el brote se descame y seque, así será más sencillo separarla de la piel.
Bicarbonato con vinagre blanco
Usa una cucharada de bicarbonato y mezcla con un poco de agua para crear una pasta. Posteriormente, agrega dos cucharadas de vinagre blanco y revuelve.
Aplícalo en la zona y déjalo reposar durante la noche. Repite el proceso tres veces a la semana, hasta que las verrugas desaparezcan.
Bicarbonato de sodio con vinagre de manzana
Combina una cucharada de bicarbonato y dos de vinagre de manzana hasta formar una pasta. Aplica una porción generosa de la pasta sobre la verruga, y cubre con una venda o gasa estéril para sujetar, puedes dejar reposar el remedio durante la noche.
Limpia la zona durante el día y repite por un par de semanas hasta que obtengas el resultado deseado.
Bicarbonato con aceite de ricino
Crea un ungüento con bicarbonato y aceite de ricino para quitar las verrugas de forma sencilla. Primero, mezcla bicarbonato con agua hasta obtener una pasta, a este resultado agrega una o dos cucharaditas de aceite de ricino. Mezcla todo hasta obtener una textura suave y uniforme.
Con un algodón, aplica tu ungüento sobre la verruga, espera a que se seque y lava con agua tibia. Repite diariamente sobre la zona de brotes.
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