Después de cocinar (o si, prefieres, antes de ir a dormir) consiente a tus manos con un rico masaje usando una yema de huevo. Aunque no lo creas, esta es excelente para eliminar bacterias que se esconden en las manos y también para exfoliar las células muertas, dejando tus manos suaves y renovadas. Por eso, si te sobra una yema después de cocinar, puedes emplearla para cuidar y embellecer tus manos. ¡Sigue leyendo! Te puede interesar: 3 simples pasos para tener unas manos hermosas y libres de imperfecciones
Beneficios de la yema de huevo para la piel
En primer lugar, este alimento cuenta con ácidos grasos, vitaminas A, E, D, B1, B6, B2, B12, B9 y ácido fólico, además de minerales como hierro, fósforo, potasio y magnesio, que otorgan los siguientes beneficios:
- Ayuda a nutrir la piel seca, hidratándola a profundidad para que se vea tersa y brillante.
- Al ser un alimento rico en proteínas, ayuda a cerrar los poros y producir un efecto lifting.
- Además, evita la aparición de manchas y granitos.
- También tiene el poder de reparar la piel.
- No sólo eso: gracias a sus propiedades, puede eliminar las impurezas que se encuentran en la dermis, como bacterias, gérmenes y células muertas por igual.
- Finalmente, sus componentes fortalecen las uñas y estimulan su crecimiento.
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Cómo usar en las manos paso a paso
- En primer lugar, separa la yema de la clara, evitando que se rompa.
- Cuando ya tengas la yema, bate en un recipiente con ayuda de un tenedor.
- Aplica en tus manos perfectamente limpias, dando suaves masajes entre los dedos, y deja reposar unos 20 minutos.
- Finalmente, enjuaga con agua tibia. Puedes repetir el procedimiento 1 vez por semana.
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